jueves, 17 de febrero de 2011

Hay vida dentro de tantos grises

En pleno gélido clima y con el paisaje blanquecino por la nieve del cielo, tenía ganas de hacer un muñeco de nieve y más o menos empezó así.


Tenía que ponerle los bracitos y para ello iba a utilizar unas ramas de los arbustos secos que estaban por el jardín.


Este arbusto que estaba medio congelado, de un color marrón pálido y con las hojas caídas me enseñó una lección que puede ser interpretada de diversas maneras.


Al intentar cortar una de sus ramas que en apariencia estaba seca, me mostró desde su interior un verde brillante que contrastaba con su imagen externa.




¿Cuántas enseñanzas podemos sacar de esto?

Puede ser acerca de las personas y de cómo las vemos y juzgamos, ya que por fuera podemos ver "grises" o "resequedades" en ellas, pero dentro de sí poseen toda una vida que aguarda a que sea "primavera" para mostrarse íntegramente y nosotros podemos llegar a ser aquellos agentes capaces de generar o adelantar esos cambios en ellos.

Quizás también si en alguna etapa de tu vida pasas por un momento difícil debes comprender que en el fondo de toda esa frialdad se guarda una enseñanza que debes valorar y aprender. Cada vez que exista un momento del típico "todo sucede por algo", no te enfoques en la forma, sino busca el fondo de todo, aquella parte interior y verde, como la de la planta.


El muñeco de nieve quedó así:

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón, no debemos juzgar a los demás, por el exterior, ¿y qué pasa con el interior, con la esencia de su ser? el interior es lo más bonito. Tenemos que pararnos a conocer el interior de las personas que verdaderamente nos importa, porque al fin y al cabo hay muchas personas que entran en nuestras vidas para luego marcharse sin mirar atrás sin apenas darnos tiempo a dedicar un poco de nuestro tiempo a conocer su interior, su "yo". Pero por eso mismo, hay que dedicar el doble de tiempo con esas personas que te importa, y que en ciero modo se quedan para que las conozca y poco a poco florece su primavera interior... conocerlas, entenderlas, comprenderlas...porque comprenderlas es amarla. Y eso es lo que debemos hacer, amar a las personas y no tratarlas mal.

    Me ha gustado mucho como has descrito una cosa tan importante en algo tan sencillo. Admiro tu forma de expresar las cosas. ¡No cambies!

    Besos!!

    ResponderEliminar