sábado, 2 de diciembre de 2017

No crezcas, es una trampa!

Hace tanto tiempo (años pasaron) desde el último post.

Puede que hayan varios motivos, pero solo una en común, el trabajo y la vida de adulto me empezaron a consumir. Ambos no son un problema, pero sí se convierten en uno cuando se apoderan de las cosas más elementales de tu vida.

Desde hace poco rondaba en mi cabeza volver a escribir, retomar esa búsqueda de las pequeñas grandes cosas de la vida, escribir un libro, volver a dibujar. Con qué tiempo no lo sé. Pero si escribo por aquí después de tanto, es una buena primera señal.

"No crezcas, es una trampa" es la frase que rondaba en mi cabeza cuando pensé escribir esto, pero no es del todo cierta. Crecer es bueno y trae consigo tantos aprendizajes, experiencias, alegrías, también tristezas, pero es parte del camino. La trampa es ser uno más del montón, un enlatado, el adulto común, el hijo de la sociedad, el olvidarte de los sueños de cuando uno era niño y taparlos con "responsabilidades de grandes". Todo se puede llevar, pero debe haber un equilibrio, creo que eso me faltaba.

A ver si aquí y desde ahora nos volvemos a encontrar.